martes, 15 de noviembre de 2011

No temas pequeño Rebaño. Dios provee.

"Jesús dijo también a sus discipulos: "No se preocupen por la vida pensando: ¿qué vamos a comer? No se inquieten por el cuerpo: ¿con qué nos vamos a vestir? Porque la vida es mas que el alimento, y el cuerpo mas que el vestido.

Miren las aves; no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, y sin embargo, Dios las alimenta. ¡Cuánto mas valen ustedes que las aves!...

Miren los lirios, que no hilan ni tejen. Pues bien, yo les declaro que ni el mismo Salomón, con todo su lujo, se vistió como uno de ellos. Y si Dios en el campo da tan lindo vestido a la hierba que hoy florece y mañana se hechará a al fuego, cuánto mas hará por ustedes, gente de poca fe.

Así pues, ustedes no anden buscando qué comer ni qué beber, y no estén inquietos. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tienen la necesidad de eso.
Por lo tanto, trabajen por su Reino, y él les dará todas esas cosas por añadidura".

"No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino" (Lc. 12, 22)

Por mucho tiempo me he identificado con esta cita bíblica. El Señor se encarga de recordármela una y otra vez, porque al igual que muchos de los que estan leyendo este post, suelo preocuparme mucho por el aspecto económico.
Lo que más me encanta, es el versículo donde dice: "Y ya sabe vuestro Padre que tienen la necesidad de eso". Es decir, Dios es tan maravilloso, que no nos pide que trabajemos por el Reino sólo porque sí, sino que mientras nosotros trabajamos para su Reino, el trabaja en satisfacer esas necesidades que El sabe que tenemos.

Precisamente, el sábado por la mañana me dirigía a la universidad sin desayunar y llegué con unicamente 0.35 ctvs en la cartera (era tpdo lo que tenía hasta la próxima fecha de pago) fuí a la cafetería pero en definitiva en la UCA no se compra nada con 0.35 ctvs. así que me resigné y me fui al aula. Cuando iba caminando por uno de los pasillos, ví unos billetes tirados en el suelo, simultáneamente pasó de largo un estudiante sin percatarse de ello. Recogí los billetes, ví a mi alrededor para buscar si no estaba el posible dueño, pero no había nadie. Para mi sorpresa eran $6.00, los cuales definitivamente, El Señor los puso en mi camino y me recordó que mientras yo me ocupe de trabajar para su Reino, el se encargará de esas cosas que El Sabe que necesito.

Estoy segura, que la persona que ese día perdió $6.00, para este momento, Dios ya le habrá recompensado al ciento por uno esa cantidad. Para Gloria de Dios, El fue y es mi providente, que siempre me recuerda "No temas pequeño Rebaño". Por cierto, ¡¡¡me encanta que me diga "Rebaño"!!!.

Así como yo, muchos estarán preocupados por el dinero, por que no les alcanza, por que no tienen un trabajo que satisfaga las necesidades económicas. Dejen esas preocupaciones en manos de Jesús y trabajen con amor para el Reino del Señor y lo demás vendrá por añadidura.
Como hijos de Dios, nos corresponde hacer nuestra parte: buscar un trabajo, trabajar y ser responsables en el trabajo actual pero sin afanarnos por ello. Que nuestro afán sea unicamente agradar a Dios y trabajar para el.

Amén.

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