martes, 11 de diciembre de 2012

Déjame decirte que TE AMO

¿Cuándo fue la última vez que, con tu boca, le dijiste al Señor que lo amas?. ¿Se lo has dicho alguna vez?



Muchas veces, acostumbramos a tener oración del tipo "pastilla", solo cuando nos duele o lastima algo. Otras veces, usamos oración tipo "azadón": dame, sáname, ayúdame, perdóname, etc. y solo nos enfocamos en pedir, pedir y pedir y hasta a veces reclamar. Pocas veces, dedicamos tiempo suficiente en la oración para agradecer al Señor por sus bondades y casi nunca nos dedicamos a amarlo en oración o a elogiarlo por su grandeza.

Cuando toco este tema suelo poner de ejemplo a las parejas de novios: La novia le reclama a su novio: "Es que nunca me decís que me amas" y el novio argumenta: "Es que ya lo sabés y trato de demostrártelo". A pesar que el novio se esmere en demostrárselo, la novia SIEMPRE querrá escuchar de la boca de su amado que la ama. 
O bien, ¿A qué padre no le gusta escuchar que sus hijos los aman? aunque lo saben, se deleitan en escucharlo.

Pasa lo mismo con nuestro amado, Dios, le encanta y se deleita al escucharnos decirle que lo amamos, sin dejar de agradarle nuestras buenas obras. 

En lo personal, en los últimos días, el Señor me ha mostrado tanto su grandeza, su amor, su bondad, su misericordia que al iniciar mi oración con El, no puedo dejar de empezar diciéndole que lo amo y haciéndole saber que El es y deseo que sea para siempre mi primer amor. Es el único momento y la única forma en la que puedo sentir que yo también lo enamoro a El de mí y de esa manera le devuelvo una mísera de todos los detalles que El tiene conmigo y por los que me enamoro de El. 

Estos momentos de amor y de intimidad con Jesús, sin necesidad de palabras, llevan a El mis necesidades y peticiones. Es decir; me paso el tiempo amándolo en oración y aunque no le exprese mis necesidades, El las toma y trabaja en ellas, pues me conoce y sabe que son importantes para mí. En el mientras tanto, yo me regocijo en sus brazos de amor y ternura. 


Si nunca has tenido la oportunidad de decirle al Señor cuánto lo amas, te invito a hacerlo. Puedes apoyarte del Salmo 17:
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.


viernes, 7 de diciembre de 2012

¡Levántate y brilla!

"Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria del Señor amanece sobre tí". Is. 60: 1


 Desde la última vez que publiqué, a la fecha, ha pasado mucho tiempo, puedo asegurar que en todo ese transcurso muchas caídas en mi vida espiritual he tenido, pero el estar aquí hoy escribiendo me hace darme cuenta que también muchas veces me he levantado y la mano del Señor ha estado ahí para ayudarme a hacerlo. Más que eso, me ha limpiado de mis pecados en más de una ocasión, con el agua de su costado me ha lavado y no solo eso, con su sangre; me ha embriagado.

Muchas veces, como humanos luego de tener una caída y regresar a las situaciones de pecado constante nos creemos incapaces, indignos de darle la cara al Señor y por esa razón nos quedamos ahí estancados y no decidimos levantarnos y volver nuestra cara a El. Sin embargo; en este camino he aprendido, que vale mas ser un sin vergüenza arrepentido que un recatado caído. ¿Por qué? el sin vergüenza arrepentido aunque pecador, se arrepiente y vuelve a los brazos del Padre, tal cual el hijo pródigo. En cambio el recatado caído, por vergüenza o "pudor" se queda ahí, botado, caído, estancado y se pierde la bendición de volver a los brazos de su Creador. 

Al fin y al cabo, ¿de qué sirve tratar de esconder o de ocultar el rostro a Jesús luego de nuestras caídas, si El siempre lo sabe?

Aunque como cristianos debemos siempre buscar la santidad y buscar la perfección, siempre existirán momentos de desierto en los cuales vamos a caer en las tentaciones, es ahí donde siempre debemos recordar que "El Señor es bueno y su misericordia es eterna". Salmo 35.


Te invito, a que independientemente lo que estés viviendo o hayas vivido, si sientes que has caído y tu corazón siente nostalgia de reconciliación y deseo de volver a estar con el Señor, tomes la decisión de levantarte y volver a la casa del Padre (Leer San Lucas 15). Un buen primer paso, es acudir a la confesión y a la eucarístia y luego tener siempre de la mano el arma de la palabra de Dios y la oración como aliados para mantenerte en pie en la batalla.

lunes, 23 de abril de 2012

Tu encuentro personal con Dios




En más de alguna ocasión te habrán invitado a tener un encuentro personal con Dios, pero ¿Qué es el famoso encuentro personal con Dios?.
Este encuentro, puede convertirse en el momento más especial de tu vida. Así como muchas veces recordamos como momento especial, el día en que conocimos a ese "ser amado", este encuentro puede ser aún mas.
Significa descubrir y sentir por experiencia propia, el amor de Dios en tu vida. 

Si crees que has estado enamorado, no te imaginas como te sentirás después de encontrarte personalmente con Dios, encontrarás el verdadero amor, la verdad a tus dudas, la solución a tus problemas.

Si buscas la felicidad, solo la podrás encontrar en Cristo Jesús, quien tiene los brazos abiertos para llenarte de su amor y felicidad. 

Cuando me encontré con el Señor, pude sentir paz en mi corazón, experimenté una vida nueva y una felicidad plena que nada ni nadie ha podido entregármela. 

Si has tenido esta experiencia, te invito a que la compartas en un comentario. Si aún no las has tenido, te invito a vivirla este próximo 4,5 y 6 de mayo. Si deseas mayor información, con mucho gusto puedes hacerlo a través de este mismo medio.

Les dejo esta promesa de Dios:
"Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne". Ez. 36:26

Que Dios derrame abundantes bendiciones sobre tí. 

lunes, 5 de diciembre de 2011

La mano de Jesús.

Para este post, no habrá imagen pues físicamente, no puedo ni siquiera imaginar las manos de Jesús. Solo sé que están llenas de amor y de ternura para todos sus hijos que claman a El y lo necesitan.
Seguramente, son lo suficientemente fuertes para levantarnos cuando caemos y lo suficientes suaves y delicadas para secar nuestras lágrimas cuando lloramos, para acariciar nuestras mejillas y nuestros cabellos.
Las manos de Jesús, son esas manos de médico que puede sanar nuestras enfermedades. Son capaces de posarse sobre nuestro corazón y llenar el vacío que hay en el, cambiar la tristeza en alegría y el duelo en alabanza.
Benditas sean las manos de Jesús, que convirtieron el agua en vino. Convierte hoy Señor, mi corazón de piedra en un corazón de carne.
Benditas sean las manos de Jesús, que fueron atravesadas por clavos cuando pagó en el madero de la cruz por nuestros pecados. Atraviesa hoy Señor, mi corazón con tus manos y arranca de el todo aquello que no te pertenece.
Benditas sean las manos de Jesús, que se posaron sobre ciegos, sordos, mudos, leprosos y paralíticos y fueron sanados. Tócame Señor. Toca mi mente, mi corazón, mi cuerpo, todo mi ser. Sana mis heridas físicas y espirituales.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Eucarístia. Alimento que da vida.


Como cátolicos, muchas veces somos reacios para asistir al sacramento de la Eucaristía, para el cual nos preparamos con la Santa Misa. Nos da pereza levantarnos temprano para ir a misa de 7 am y por la tarde preferimos hacer cualquier otra cosa. Dejaríamos de ser humanos si no tuviéramos este sentimiento en repetidas ocasiones. Sin embargo; en la Eucarístia, encontramos un regalo maravilloso. El mismo Cuerpo de Cristo hecho pan y su sangre hecha vino.

En el tiempo de la vida pública de Jesús las personas con ser tocadas por El fueron sanadas, liberadas y algunos con solo tocar el borde de su manto. Nosotros ahora, a través de la Eucaristía, lo vemos, lo tocamos y lo ingerimos. Se vuelve parte de nuestro cuerpo!! y de nuestro espíritu, llenándolo de vida.
Me ha pasado, a veces, no tengo ganas de ir a misa y cuando ya me encuentro en la parroquia, la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento me cambia el panorama y me recuerda de donde vengo y hacia dónde voy.
Recibir el cuerpo de Cristo para mí significa algunas veces alegría, consuelo, paz, sabiduría, fortaleza, etc. Son muchos los regalos que obtengo cada vez que recibo a Jesús en el sacramento.
Si nunca has sentido o vivido tales cosas, pídele al Señor que te permita gozar de estos beneficios y despertar tus sentidos a esta experiencia real y maravillosa.
El "simple" hecho de estar frente al altar y contemplar el cuerpo de Cristo en el momento de la consagración es algo sobrenatural. Momento en el cual, el Espíritu Santo y los ángeles del cielo descienden a formar parte de tan magno milagro.
Son muchos los milagros eucarísticos que encontramos a lo largo de la historia y puedo asegurar que estos siguen suciendo y suceden en nuestro corazón cada vez que nos disponemos a recibir a Jesús Eucaristía. Puedes conocer algunos de estos en el siguiente link: http://www.adorasi.com/temas/milagros-eucaristicos/

Oración:
Señor Jesús, te agradezco que nos hayas dejado el sacramento de la Eucarístia, en el cual tu te partes y te compartes en millones de pedacitos para todos los que te recibimos. Gracias, porque nos sustentas y alimentas nuestro espíritu. Te pido que me ayude a abrir mi corazón a tí y me des la fuerza y el deseo de buscarte en tal sacramento. Jesús: te amo. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

La Santa Sede emprende acciones legales contra campaña de Benetton

Aunque parezca polémico, no puedo dejar de dar y publicar mi opinión al respecto, más que opinión es un sentimiento. A este momento, seguramente ya todos saben de lo que estoy hablando. Sí, de la publicidad que lanzó la marca de ropa Benetton, donde aparecen figuras públicas besandose. Entre ellos: El Papa Benedicto XVI con un imán egipcio, Obama con Hugo Chávez, entre otros. El objetivo de esta campaña, según la marca es: "contrarrestar la cultura del odio", si lo contrarrestaron no sé, pero que se hicieron publicidad, estoy segura, para bien o para mal.

En lo personal, me pareció una campaña muy desagradale y hasta abominable. Se produjo en mí un sentimiento de tristeza y hasta celo por utilizar la imagen de una persona tan consagrada al Señor y me atrevería a decir: una persona santa que merece respeto. Ni siquiera necesitamos verlo de una forma religiosa o espiritual para darnos cuenta que no se puede utilizar la imagen de nadie sin su permiso y para este caso tanto el Papa como Obama y el resto de involucrados deberían de haber aprobado y aceptado aparecer en esta publicidad, o acaso Pepsi pone a Messi en sus comerciales sin ninguna autorización? eso, por mencionar un ejemplo.

El escándalo y la indignación que se produjo fue tal que el anuncio fue retirado casi inmediatamente, aunque circula por internet más que cualquier otra noticia. Sin embargo; según informes de periódicos católicos digitales, la Santa Sede ya está emprendiendo acciones legales contra la campaña para impedir que dicha publicidad se siga difundiendo y de esa manera no sólo ofender la dignidad del Papa sino también la sensibilidad de muchos cristianos católicos. Ver noticia.

Habrán muchos que dirán: Pero, si no es cierto ¿Por qué se ofenden? , pero ¿A quién le gustaría que de un día para otro apareciera su imagen en un fotomontaje haciendo algo que no ha hecho y que daña tu reputación?. Lo hayas hecho o no, lo seas o no, ofende.

Aunque apoyo la unión de las iglesias, no considero que esta sea la manera de hacerlo, claro, no era esa la finalidad de Benetton.
En fin, cada cabeza es un mundo, cada publicista es otro, cada mercadólogo también. Pero en mi mundo, en mi vida que conoce a Cristo y que está enamorado de El, es una publicidad vana, estéril, desagradable y sobretodo sin ética profesional. Simplemente como Hija de Dios, me repugna que dañen la imagen de mis hermanos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Jesús, hijo de David, Ten compasión de mí.


Del fin de semana hacia acá, este pasaje bíblico me ha venido persiguiendo y por eso decido compartirlo con ustedes. Me refiero a este pasaje que se encuentra en San Lucas 18: 35-43, donde vemos a un pobre ciego y mendigo que pregunta: ¿Quién está pasando por ese lugar? cuando escucha el alborto provocado por la presencia de Jesús. Cuando el ciego sabe que es Jesús el nazareno, no lo duda ni un solo instante, empieza a clamar compasión de Jesús. Es impresionante,  Jesús apesar del barullo escucha los gritos desesperados del ciego y enseguida se le acerca y se dispone ayudarle y a sanarlo de su ceguera.

La actitud del ciego, llamado Bartimeo, es muy ejemplar para nosotros. El clamó y Jesús lo atendió. ¿Cuántas veces nosotros únicamente nos quejamos, renegamos y sufrimos en silencio, sin clamar al Señor por ayuda y compasión?. Definitivamente, Jesús sigue estando dispuesto a ayudarnos a salir adelante, sanarnos de nuestras enfermedades físicas y espirituales, liberarnos de todas nuestras ataduras, solo hace falta que clamemos a El con fe, con la seguridad que nuestro clamor será escuchado.

No solamente la actitud de Bartimeo es un ejemplo para nosotros, sino también la de Jesús. Como servidores y cristianos debemos imitar esa actitud de servicio, la disposición a ayudar al necesitado. ¿Cuántas veces vemos personas necesitadas a nuestro alrededor y no les ayudamos? No solo económicamente, pero muchas veces podemos ayudar con una palabra de aliento, un abrazo o simplemente escucharlo.

Pidamosle a Dios Padre que atienda nuestros clamores, a Jesús que nos dé la capacidad de imitarlo y servir a nuestros hermanos como El nos sirve a nosotros, al Espíritu Santo que abra nuestros ojos para ver a todos los ciegos y mendigos que nos rodean y de esa manera ayudarlos.

En el nombre de Jesús. Amén.